«Quien aspire a ser un hombre, debe de ser inconformista», y efectivamente quien pronunció estas palabras en los Estados Unidos del siglo XIX, no sólo era un inconformista, sino que fue un rebelde, liberal, apasionado y sobretodo filósofo y poeta: Ralph Waldo Emerson, nacido en Boston en 1803 y que pasó toda su vida en los bosques de Boston y Concord. Este apasionado filósofo de lo trascendente, inauguró toda una corriente filosófica, denominada «trascendentalismo», que ha germinado en la mente de millones de norteamericanos con su ideología sobre la vida, una filosofía que, a mí personalmente, me impresiona de ser un neo-romanticismo americano.
Cuando leemos las páginas de su trascendental libro titulado: «Confianza en uno mismo», estamos escuchando la voz del poeta Walt Whitman, o el desaire de Nietzsche y como no, vemos plásticamente los campos y bosques del pintor Asher Durand. Emerson fue el personaje germinal de estos y otros muchos artistas americanos y europeos. Su filosofía, centrada en el individuo, en sus posibilidades, en la independencia de criterio y en los grandes valores de la humanidad, ha marcado su estilo, su obra y también su vida. Este texto es un canto a la vida, pero a la vida natural, al hombre enraizado en la naturaleza, al » buen salvaje». Sus líneas se perfilan paralelas y complementarias a las de Thoreau y junto con él, podríamos decir que son los dos pensadores de mayor importancia de los nuevos Estados Unidos. Su forma de pensar y de vivir, forjaron la impronta y arquetipo de todo un pueblo, el americano, donde de la independencia, el esfuerzo y la sabiduría personal, se ha hecho gala y bandera.
Emerson, nos insta a ser intuitivos, a conectar con lo más profundo de nosotros y por ello su filosofía tiene mucho de Oriental. El no era un teórico de la filosofía, o de la vida, él era un hombre sencillo, dispuesto a degustar cada minuto de su vida, a contemplar con arrobo los grandes paisajes de América y a configurar una forma de carácter, típicamente americano.
Con frecuencia a mis alumnos de medicina les insto a la lectura de doslibros, para mí fundamentales y con un poso común, aunque de forma superficial no se parezcan, estos son el texto de Emerson «Confianza en uno mismo» y otro el texto de Aristóteles «Ética a Nicomaco». Desde mi punto de vista los dos textos, representan, salvando distancias geográficas, temporales y culturales, dos manuales sobre la persona, la conducta y el buen hacer. Cuando se leen las páginas de Emerson nos asalta el viento en los árboles, podemos escuchar las aves de la pradera y, lo que es más importante, contemplamos a un hombre «auténtico».
Es por esto que los presupuestos de Emerson están muy relacionados con la filosofía Taoista en cuanto a que el hombre, como parte de la naturaleza, no debe de apartarse de ésta, debe de fluir con ella y llegar a ser uno con todo, porque somos parte integrante de ese todo, le demos el nombre de Cosmos, Universo o hálito panvitalista.
Si tenéis oportunidad, leed esta pequeña joya de un hombre, que fue grande dentro de su gran sencillez y simpleza.
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